Las logias masónicas del siglo XXI buscan la apertura y la pluralidad

martes, 11 de mayo de 2010

Javier Otaola y Valentín Díaz recopilan veinte testimonios en «La masonería en persona(s)»

JOSEP LLUÍS GALIANA

Los autores-recopiladores del libro La masonería en persona(s), Javier Otaola y Valentín Díaz, se desplazaron hasta Valencia para presentar en el Club Diario Levante su última incursión en el mundo editorial. Se trata de una serie de confesiones/entrevistas realizadas a una veintena de masones, incluidas las suyas. «Un acercamiento a la masonería a través de la experiencia biográfica y existencial que de ella nos aportan un grupo de masones», reza el prólogo del libro. «El perfil de estas personas, sus intereses intelectuales, sus posiciones políticas, su itinerario existencial, nos dicen, añaden los autores, indirectamente, muchas cosas de la masonería; nos indican qué motivación lleva a una persona, hoy en día, a acercarse a una sociabilidad filosófica fundada en el siglo XVIII, y de qué manera las preocupaciones del siglo XXI tienen alguna respuesta en el seno de las logias.»

Amando Hurtado, Adrián Mac Liman, Fernando Yzaguirre, Ana Morató, Ignacio Merino, Yves Bannel, Ascensión Tejerina, Vicenç Molina, Gustavo Vidal, Ricardo Serna, Iñaki Zuloaga, Luis Miguel Fuentes, Amaury Suárez, Ilia Galán, Francisco Ortiz, Maria Àngels Prats, Werner Ulrich, Joan-Francesc Pont, Javier Otaola y Valentín Díaz son las personas entrevistadas en el libro. Son profesores universitarios, abogados, escritores, periodistas, empresarios, economistas, funcionarios, políticos… «Una amplia muestra de hombres y mujeres que representa a la perfección la realidad masónica actual en España», explicó el periodista y ex corresponsal de TVE en Budapest, México, Lisboa, Miami y Moscú, Valentín Díaz.

Gustavo Vidal, perteneciente a la Gran Logia de España, afirma en su relato que «la masonería atesora una densidad filosófica y ética que si se "come" con prisa se puede indigestar. Hay que cultivar la laboriosidad del cantero que pasaba días golpeando la piedra hasta cubicarla». En relación al origen de la masonería, el escritor y Síndico de la ciudad de Vitoria-Gasteiz, Javier Otaola, explicó que «la masonería surge de la asociación de la piedra y el cincel, de los constructores de catedrales, de los maestros de obras. Entre la Edad Media y el silgo XVII, nacen las primeras cofradías de "mazones", de canteros, de maestros del noble arte de la piedra». A partir de 1717 con la creación de la Gran Logia de Londres, es cuando comienza a estructurarse esta fórmula de sociabilidad entre hermanos. Como declara el escritor y periodista miembro de la Gran Logia Simbólica de España, Ricardo Serna, «siempre me interesó la filosofía, la esencia, las ideas de relación fraterna entre los hermanos masones. Igualdad y fraternidad, insiste este aragonés, fueron dos conceptos que me engancharon a fondo. Me interesó conocer más acerca de una institución humana en la que, al menos en teoría, todos los miembros son iguales al margen de su clase social, de su formación, de su posición económica y social, y más allá de su origen, de su religión, de sus peculiaridades.»

El libro, que recoge una amplia introducción histórica de la masonería en España y del estado actual de la cuestión, trata este tema como nunca antes se había tratado. «La masonería en nuestro país, afirmó Otaola, no ha tenido una tradición estable y su implantación ha sido fragmentaria». No obstante, la masonería sigue cumpliendo su función primigenia y atrayendo a muchos ciudadanos, porque «ofrece un camino, una forma válida de abordar la reflexión ontológica, un método de discusión filosófica que siempre está revisándose, construyéndose. Esta funcionalidad, añadió Otaola, sigue vigente, porque los hombres somos los únicos animales que nos preguntamos ¿quiénes somos? y ¿qué hacemos?» Lejos quedan las persecuciones y asesinatos perpetrados por la dictadura franquista y la inquina de la Iglesia católica contra los masones. «La masonería, esa escuela de ciudadanía, llega al siglo XXI con dos mandatos muy claros: la apertura y la pluralidad», concluyó Valentín Díaz.

Fuente: El Mercantil Valenciano

 
 
 

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