La Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, reunida en la ciudad de Villa Giardino, provincia de Córdoba, durante los días 23, 24 y 25 de octubre de 2009, e:. v:., en su XII Congreso Nacional del Simbolismo,
DECLARA:
Que reafirmando los principios masónicos de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, la Masonería argentina celebró la vuelta a la democracia, al considerar a ésta como una forma de gobierno, de organización del Estado y de convivencia social en donde todos los miembros son libres e iguales ante la Ley y, en función de esa igualdad, las relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos consensuados.
Así, desde cada logia, los masones cultivamos nuestros principios morales y filosóficos para conocernos a nosotros mismos, para dignificar nuestra existencia y para motivarnos a extender nuestros brazos solidariamente hacia el otro, en una perfecta cadena de unión. El objetivo del masón, al reconocerse y ser reconocido en la comunidad como un hombre libre y de buenas costumbres, es el compromiso de contribuir a alcanzar una sociedad más justa, equitativa y fraternal.
Sin embargo, a 25 años de la restauración democrática en el país, advertimos aún con preocupación una incapacidad del Estado y de la sociedad civil en dar respuestas a las demandas ciudadanas, al igual que en el cumplimiento de los derechos humanos de primera y segunda generación (derechos civiles y políticos, y los derechos económicos, sociales y culturales, respectivamente).
Observamos que aún se está en deuda con la solución de problemas sociales que nos negamos a definir y aceptar como estructurales, sino que deben ser atendidos desde una ética política que respete una ciudadanía plena, activa e inclusiva, donde los valores predominantes sean la justicia, la ecuanimidad, la paz y el bien común general, en un clima de concordia y búsqueda de consensos mínimos desde donde aspirar a otros mayores, construyendo así el país republicano que anhelamos.
Entendemos que la ética debe reconciliarse con la política, porque es un acto de servicio para lograr la inclusión social y el bienestar de la sociedad, teniendo en cuenta que se debe servir al cargo para el beneficio de los representados y no en bien propio.
La política, entendida solamente como el escenario agonal de la lucha por el poder, conduce a la furia de las pasiones. Las mejores ideas serán puestas así, exánimes, al peligro del fanatismo, la irracionalidad y, en definitiva, a la pérdida de la libertad.
Que enfatiza en que la educación laica, gratuita y obligatoria es una de las respuestas más efectivas a las expectativas ciudadanas para reducir las desigualdades sociales y dar los medios básicos para la integración social. Pero que este instrumento debe ser bien comprendido y mejor aplicado.
Entendemos que es preciso que por todos los medios de comunicación masiva se declare que el laicismo es, ante todo, un concepto político que no se agota en el tema educativo, que si bien es de suma importancia, se le deben añadir cuestiones tales como la planificación familiar, la educación sexual, la situación de género y la lucha contra el SIDA; cuestiones que han de valorarse no sólo confesionalmente, sino desde un multilateralismo científico, social, cultural y de salud pública.
Asimismo, la Masonería argentina considera de vital importancia promover y asegurar la sustentabilidad del planeta y sus habitantes, para lo cual contribuye con hombres e ideas en el mejoramiento y cuidado del ecosistema, la generación y mantenimiento de empleo universal, la salud y adecuadas condiciones de vida para toda la población incluyendo los aspectos de desarrollo y adecuada planificación familiar.
No creemos que sea éste el tiempo de las disputas que dividen, sino por el contrario el de perseguir denodadamente los acuerdos necesarios que nos unan, lo que de ninguna manera implicará el consentimiento ciego y activo de cada actor político, pero de cuyo proceso se generarán las mejores políticas de Estado, detrás de las que podrá encolumnarse la ciudadanía.